A menudo escuchamos a personas decir que tienen “mala suerte” y que parece que siempre están condenadas a vivir un problema tras otro. Se preguntan por qué a ellas les toca lo difícil mientras otros parecen caminar siempre bajo un cielo despejado.
La respuesta, aunque muchas veces ignorada, está en una de las leyes universales que rigen la existencia: la Ley de la Atracción.
¿Qué es la Ley de la Atracción?
La Ley de la Atracción es una de las leyes universales más poderosas, aunque menos comprendidas. Mientras que todos aceptamos sin dudar la ley de la gravedad (aunque no podamos verla), muchos no creen en la Ley de la Atracción simplemente porque es invisible.
Sin embargo, su principio es sencillo: lo semejante atrae a lo semejante. En otras palabras, lo que piensas y sientes se convierte en la energía que emites al Universo. Y esa misma energía regresa a ti en forma de experiencias, personas, oportunidades o circunstancias. Si te sientes rico, te volverás rico. Si te sientes digno de amor, encontrarás una pareja amorosa. Si te sientes pobre o débil… adivina qué es lo que atraerás.
Es como dice el antiguo proverbio: “Dime con quién andas y te diré quién eres” o “Dios los cría y ellos se juntan”. Los pájaros de un mismo plumaje vuelan juntos. Tus pensamientos y vibraciones atraen pensamientos y vibraciones del mismo tipo.
El poder de los pensamientos

El error más común es creer que la vida nos pasa “al azar”. Muchas personas piensan de manera negativa: se quejan de su mala suerte, de la falta de dinero, de las traiciones de otros, del trabajo que odian… y luego se sorprenden cuando más de lo mismo sigue apareciendo en su camino.
El Universo no distingue entre “bueno” o “malo”, ni entre “merece” o “no merece”. Solo responde a la vibración que emites. Si tus pensamientos están llenos de miedo, carencia y queja, eso es lo que seguirás atrayendo. Si tus pensamientos están cargados de gratitud, confianza y abundancia, eso es lo que manifestarás.
Imagina que tu mente es como una antena. No importa si transmites una melodía alegre o una nota triste: la frecuencia que emites es la frecuencia que recibes.
Ejemplo práctico: atraer dinero
Supongamos que deseas atraer 20.000 euros en 6 meses. La mayoría de las personas lo formulan así: “Quiero tener 20.000 euros”. Pero esa frase transmite deseo futuro, no realidad presente. El Universo entiende que lo quieres, pero lo seguirás “queriendo” indefinidamente.
La forma correcta de alinearte con la Ley de la Atracción es pensar y sentir en tiempo presente:
- “Tengo 20.000 euros entrando en mi vida de manera fácil y constante.”
- “Me siento tranquilo y seguro porque mis ingresos crecen cada mes.”
- “El dinero fluye hacia mí en abundancia y yo lo recibo con gratitud.”
Lo importante no es solo repetir frases, sino sentir como si ya fuera verdad. Visualiza tu cuenta bancaria mostrando esa cantidad, imagina cómo la usas, agradece como si ya lo tuvieras. Cuando tu emoción acompaña a tu pensamiento, la vibración se vuelve poderosa y coherente.
El círculo de la negatividad

Pensemos en lo contrario: alguien que siempre dice “no tengo dinero, la vida es injusta, nunca saldré adelante”. Cada palabra es una orden que envía al Universo, y cada emoción de frustración o tristeza se convierte en un imán que atrae más situaciones de carencia.
Esa persona vive en un círculo de negatividad: cuanto más se queja, más razones encuentra para quejarse. No porque “tenga mala suerte”, sino porque su vibración mantiene abierta la puerta a experiencias negativas.
Cómo usar la Ley de la Atracción
La buena noticia es que puedes romper ese círculo y empezar a crear conscientemente lo que deseas. Estos son algunos pasos prácticos:
- Define con claridad lo que quieres. No digas “quiero dinero”, sino “recibo 20.000 euros en 6 meses” o “encuentro un trabajo que me paga 3.000 euros al mes y me llena de satisfacción”.
- Cambia tus pensamientos. Cada vez que aparezca un pensamiento negativo, reemplázalo por uno positivo. Si piensas “esto es imposible”, corrígelo: “cada día me acerco más a mi meta”.
- Visualiza y siente. Dedica al menos 5 minutos diarios a imaginar tu meta cumplida. No solo la veas, siéntela: la emoción es la chispa que enciende la atracción.
- Habla en presente y con gratitud. Usa frases como “soy”, “tengo” o “me siento”. Agradece lo que ya tienes y lo que viene en camino.
- Confía y suelta. La Ley de la Atracción no funciona con ansiedad ni desesperación. Plantas la semilla, la riegas con fe y gratitud, y permites que el Universo haga su parte.

Más ejemplos
- Relaciones: en lugar de decir “no quiero estar solo”, afirma “estoy rodeado de personas que me valoran y me apoyan”.
- Salud: en lugar de “no quiero enfermarme”, di “mi cuerpo está fuerte, sano y lleno de energía”.
- Oportunidades: en lugar de “nunca me pasa nada bueno”, piensa “cada día me llegan nuevas puertas y las cruzo con confianza”.
El poder está en ti
La Ley de la Atracción es una ley universal que afirma que lo semejante atrae a lo semejante. Tus pensamientos y emociones generan una energía que el Universo refleja de vuelta en forma de experiencias. Si piensas en abundancia y amor, eso mismo atraerás a tu vida.
La Ley de la Atracción no es algo que “actives” de vez en cuando. Funciona todo el tiempo, estés consciente o no. Cada pensamiento que tienes, cada emoción que sostienes, es una semilla que siembras en el campo infinito del Universo.
Por eso, la verdadera pregunta no es si la Ley de la Atracción funciona, sino qué estás atrayendo ahora mismo con tu manera de pensar.
No existe la suerte. Existe tu vibración. Y tu vibración crea tu realidad.
Empieza hoy a sembrar pensamientos de abundancia, gratitud y confianza. Manténlos vivos con la repetición y la emoción, como decía aquella frase:
“Todo lo que plantamos en nuestra mente subconsciente y nutrimos con la repetición y la emoción, un día se convertirá en una realidad.”
El Universo siempre responde, porque la Ley de la Atracción nunca descansa. Siembra bien, y cosecharás abundancia.